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Un decálogo para que el trigo empiece con la sanidad a favor

Las semillas de trigo de la última cosecha, recibidas en nuestro laboratorio de semillas como también en otros laboratorios de todo el país, muestran alta presencia de fusarium que, al ser sembradas en medio de germinación y sin curasemillas, producen un desarrollo del micelio en el medio, enmascarando la evaluación de vigor y poder germinativo", dice Gabriel Mina, responsable de la Línea Terápicos de Semillas de Rizobacter.

De esta manera, en la empresa se refirieron a la situación que se vio el año pasado, donde tras las heladas y elevadas precipitaciones sobre el final del ciclo se terminaron observando granos chuzos, anegados y muy livianos, con bajo peso hectolítrico.

En este contexto, en la firma destacan que "someter las semillas a limpieza y clasificación para eliminar las semillas chuzas, livianas y no viables, es un proceso que no se puede descuidar en esta campaña".

Según el experto, una vez finalizado este primer paso es fundamental realizar análisis de germinación, vigor y patológico de la semilla para poder determinar el terápico a emplear. "Los tratamientos con curasemillas fungicidas permiten tener un control muy efectivo de este patógeno mejorando la germinación", señalan en Rizobacter.

"Lo más importante a tener en cuenta a la hora de elegir el curasemilla es identificar productos que tengan amplio espectro de control. Si bien fusarium predomina y la elección debe estar en un fungicida que controle muy bien este hongo, cabe recordar que durante el ciclo de cultivo también se destacaron ciertos ataques de otras enfermedades como son drechsleras spp., bipolaris spp., alternarias, carbones, etc", indican.

Para el técnico de la compañía, no se debe perder de vista la calidad de la formulación y evitar las mezclas caseras de productos o activos para asegurar una cobertura uniforme, evitar desprendimientos y, sobre todo, que no altere la germinación de la semilla.

Fonte: La Nacion


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